lunes, 31 de diciembre de 2012

Feliz año nuevo

FELIZ AÑO 2013!!!!!!
QUE TOD@S TENGAN UN MUY BONITO AÑO JUNTO A SUS FAMILIAS Y CLARO A SU IMAGINACIÓN NOS VEMOS MUY PRONTO 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

¡¡¡¡INFANCIA DESTRUIDA!!!!

Holaaaa!!!!
El otro día buscando imágenes para el blog me encontré con algo que destrullo mi infancia (o lo poco que me quedaba)...
Me entere que Rui Torres, el que aparecía en ART ATTACK había muerto, yo no sabia, yo creia que lo habían cambiado porque si, no porque había muerto TTT____TTT.
Me puse a sollozar cuando me entere (mi mama se reía de mi y me decía ridícula ME MOLESTO UNA SEMANA)
ojala que este descansando en paz
que opinan ustedes 
bye-bye


9. El arma definitiva


Todo estaba desierto, salvo dos Roboguardias a las puertas de lo que parecía la entrada a una cueva subterránea. Medían casi tres metros de alto, y sus armaduras eran rojas y moradas, a excepción del visor, que era verde. Desde sus manos podían disparar rayos, pues estaban equipados con pistolas láser. Shadow, Omega y Rouge estaban escondidos tras una duna cercana, observándolos

- ¿Por qué hemos ido a parar aquí? – preguntó Rouge

- Porque me apetecía perder de vista cuanto antes a esos – dijo Shadow – Además, he percibido una Esmeralda Caos por esta zona. Tiene que estar ahí dentro, dada la vigilancia

- Entonces, vamos a por esos centinelas – dijo Rouge

Salieron rápidamente de su escondite. Shadow dio cuenta del primer centinela con un Lanza Caos. Rouge, con su Patada Tornado y Omega, con un sus mísiles, se encargaron del segundo

- Bien, estos no eran nada para mí poder – Dijo Shadow – Omega, abre esta puerta

- ENTENDIDO – dijo Omega

Una lluvia de mísiles abrió un gran agujero en la puerta blindada. Acto seguido, ésta se derrumbó

- Bien, caballeros, entremos – dijo Rouge – yo iré delante

El grupo se adentró en la cueva. Varias puertas con extraños símbolos se hallaban ante ellos. Todas eran puertas blindadas, con una pequeña consola delante. Rouge se acercó a la que estaba más a su izquierda. La examinó unos segundos y dijo:

- Esta puerta se parece a las que usaba Eggman en el pasado. Se abren tecleando un código, pero no sé lo que pasará si lo intento y le introduzco uno erróneo

- Seguramente aparecerán más centinelas – dijo Shadow – Si eso ocurre, me encargaré de ellos

- Bien – dijo Rouge, despreocupada

Rouge introdujo un código, pero no ocurrió nada. Volvió a intentarlo varias veces, pero ninguno de sus intentos tuvo éxito. La puerta seguía cerrada a cal y canto

- Esto es increíble – dijo, secándose el sudor de la frente – a lo mejor... ¡Pues claro! 

¿Cómo no se me había ocurrido antes? Omega, intenta abrir tú la puerta

- RECIBIDO – contestó

Omega se acercó a la consola. Del extremo de su mano salieron unos cables que se conectaron a una de las clavijas del aparato. Al cabo de unos segundos, la inscripción de la puerta se hizo legible. Ahora ponía: "Acceso a los niveles 3 y 4, Proyecto Arma Definitiva"

-¿Arma definitiva? – dijo Shadow muy sorprendido – ¿Significa esto que aquí hay otro espécimen como yo?

- No creo que sea eso – dijo Rouge – pero sí es un arma definitiva, debe estar muy bien protegida

La puerta por fin se abrió

- DEBO EXTERMINAR LAS ARMAS DE EGGMAN – dijo Omega

- Este no es el Eggman auténtico, Omega – dijo Rouge – pero si es un arma que no podemos utilizar en nuestro favor, la destruiremos

Ante ellos apareció una sala llena de extraños aparatos electrónicos y donde trabajaban varios robots. Infinidad de cables se entremezclaban e iban a parar a una consola de considerable tamaño. Encima de ella estaba colocada la Esmeralda Caos roja. Cerca de allí había una jaula, y dentro de ella estaban prisioneros un erizo gris plateado y una gata púrpura. Ambos parecían desmayados y estaban conectados a unos aparatos electrónicos. A Rouge le llamó mucho la atención.

- Es extraño ¿Esa consola es el arma definitiva? ¿Y quiénes serán esos?

- No es el arma definitiva – dijo Shadow –, debe estar escondida dentro de esa 
consola, y la están alimentando con la energía de la Esmeralda Caos

- ¿Insinúas que quieren utilizar esa energía para crear algo devastador?

- Sí, eso he dicho. Fíjate en los robots

Rouge enfocó su mirada en los robots que estaban más cerca de ellos. Eran todos distintos, y parecían inexpresivos

- ¿Por qué son todos distintos? – preguntó


- Porque no son robots en realidad – dijo Shadow – son gente robotizada

- ORGANISMOS VIVOS DETECTADOS – dijo Omega

- En cuanto a los prisioneros, seguramente los vayan a robotizar – dijo Shadow

- Es terrible – dijo Rouge – robotizarlos por negarse a obedecer a un tirano como 
ese falso Robotnik...

Rouge fijó su atención en un robot que le resultaba familiar. Parecía Sonic, pero el auténtico Sonic seguramente estaba en otro lugar. Éste robot tenía púas azules, aunque de un tono más claro que el de Sonic. Uno de sus ojos era robótico, pero el otro era auténtico. Se le distinguían lo que en otro tiempo habían sido unos bigotes.

- Mira, ese debe ser Chuck, el tío de Sonic – dijo Rouge

- Poco me importa eso. Deberíamos destruir esa arma, y de paso liberar a los prisioneros

- ¿Crees que es buena idea, Shadow? – dudó Rouge – si nos descubrimos tal vez nos ataquen, y no me gustaría hacer daño a gente inocente


- No nos atacarán – dijo Shadow –. Ninguno de ellos lleva armas. En todo caso vendrían los Roboguardias

Los ojos de Omega brillaron, poniéndose púrpuras. Al cabo de unos segundos, dijo:

- NINGÚN ROBOT DE ESTE NIVEL LLEVA ARMAS. SOLO SON ROBOTS DE MANTENIMIENTO

- Es todo cuanto necesitaba saber – dijo Shadow – Rouge, libera a esos de la jaula

Shadow dio un salto y gritó: "¡Lanza Caos!". Cuatro flechas luminosas volaron por el nivel e impactaron en la consola. No recibió ningún rasguño.

Los robots empezaron a dirigirse hacia las salidas gritando:

- ¡Intrusos, intrusos! ¡Alerta roja!

- ¡Me lo imaginaba! – dijo Rouge – ¡Omega, vamos!

Rouge logró romper los barrotes de la jaula de una patada. Entre Omega y ella desconectaron los cables que unían a los prisioneros a las máquinas. Después los sacaron suavemente mientras Shadow se lanzaba en Spin Dash contra la consola, sin causar daño alguno. De pronto, de las puertas del nivel aparecieron cuatro <

Roboguardias, que se dirigieron hacia el grupo

- ¡Lanza Caos! – gritó Shadow

Las flechas impactaron en el primero, destruyendo su armadura, pero el segundo y el tercero ya estaban más cerca. Rouge voló hacia los Roboguardias y gritó:

- ¡Patada tornado!

Convirtiéndose en un mini-tornado, atravesó al segundo, que cayó al suelo, completamente destrozado. El tercero y el cuarto empezaron a dispararles rayos.

- ¡LANZALLAMAS! – gritó Omega

Un chorro de fuego salió de los brazos de Omega, y apuntó a las cabezas de los 
Roboguardias, que saltaron en pedazos.

- Ilusos – dijo Shadow – no eran nada

- ¡No cantes victoria todavía! – gritó Rouge – ¡Vienen más!

En efecto, de la puerta al nivel cuatro empezaron a aparecer una docena de 
Roboguardias. Shadow se dirigió hacia ellos y gritó:

- ¡Rouge, coge esa esmeralda! ¡Omega, trae aquí a los prisioneros! ¡Explosión Caos!

El color de pelo de Shadow cambió a rojo y liberó una gran cantidad de energía apuntando hacia los Roboguardias. Todos saltaron en pedazos.

Rouge voló hacia la consola. A la esmeralda la protegía un grueso cristal.

- ¡Lo romperé enseguida! – dijo Rouge
De una patada, el cristal se rompió con facilidad y Rouge pudo recuperar la Esmeralda Caos. Al mismo tiempo, una veintena de Roboguardias estaban 
entrando en el nivel. Omega depositó a los prisioneros junto a Shadow y se dirigió a los Roboguardias

- ¡CAÑÓN DE RAYOS! – gritó

Cinco de los Roboguardias cayeron al suelo destrozados

- ¡Falla Caos! – gritó Shadow

Una falla dimensional se abrió en el centro del nivel. Tres Roboguardias que no se habían apartado a tiempo desaparecieron tras ella.

- ¡Así no vamos a hacer nada! – dijo Rouge – necesitamos atacar en equipo. Tal vez así los destruyamos de una vez

- De acuerdo – aseveró Shadow - ¡Ven y Ayúdanos!

Rouge voló a toda velocidad. Entre Shadow y ella agarraron a Omega

- ¡Tormenta de metal! – gritaron al unísono Shadow, Rouge y Omega

Lanzaron a Omega con todas sus fuerzas. Éste atacó al grupo de Roboguardias con un movimiento de sus cañones. Se produjo entonces una explosión cegadora. Al 
cese del resplandor, no quedó nada de los Roboguardias. Se habían volatilizado. 

Rouge miró a su izquierda y su derecha. Estaba cansada, y no podía creer la potencia que había tenido su ataque conjunto, aunque tal resplandor no hizo que los prisioneros se despertaran.

- ¿He… hemos vencido? – preguntó

- Se diría que sí – dijo Shadow, mostrando también muestras de cansancio

De pronto, se empezó a escuchar una estampida. Un centenar de Roboguardias estaban entrando en el nivel por todas las entradas. El grupo no tenía escapatoria

- ¡Estamos rodeados! – dijo Rouge – ¡Y lo peor es que estamos agotados y no 
podemos hacerles frente!

Rouge empezó a temblar. Eran demasiados, y seguramente la robotizarían. Recordó la historia de Sonic, y unas lágrimas aparecieron en sus ojos

- ¡Todavía no estamos perdidos! – dijo Shadow – Tenemos esto

Abrió la mano y le mostró la Esmeralda Caos blanca

- ¡Control de Caos!

Shadow teleportó al grupo lejos de allí antes de que los Roboguardias pudieran cogerles. Estaban a salvo

Lejos de allí, una figura entraba por una puerta de seguridad. Al pasar junto a una luz se reveló su aspecto: era un lobo vestido con una armadura roja con partes naranjas y una larga capa morada. Su aspecto fiero inspiraba temor. Había otra figura en 
aquella habitación. El recién llegado dijo:

- ¿Es que no te cansas nunca?

El otro era un dingo naranja muy musculoso. Llevaba unos pequeños anteojos morados , y una de sus piernas estaba robotizada. Tenía una expresión de profunda rabia, y peleaba contra varios Roboguardias, ejercitándose. Al oír la pregunta del 
otro, contestó enfurecido:

- No, Sleet, no descansaré hasta que ese erizo azul pague por lo que hizo

- Vaya, vaya, Dingo – contestó Sleet –. No has vuelto a ser el mismo desde aquel día

- ¡No! – rugió mientras lanzaba un golpe contundente contra otro Roboguardia –. Mi existencia como cazarrecompensas ya no tiene sentido. Si ese maldito erizo no hubiese huido...

- Bueno, bueno – dijo Sleet con impasibilidad – Su Excelencia nos ha encomendado una nueva misión: tenemos que capturar a los ocupantes de una nave. Prepárate, que partimos enseguida

- ¡No quiero! – le espetó Dingo más furioso, al tiempo que derrumbaba a dos Roboguardias de una patada – Vete tú solo. Sabes perfectamente que no me necesitas. Hace tiempo que puedes con ello tú solo

- ¿Estás seguro? – dijo Sleet con cierto tono de malicia – qué pena, porque se 
trataba de los amigos de Sonic

Al oír este nombre, Dingo reaccionó abriendo los ojos sorprendidos

- Uno de ellos es aquel molesto equidna rojo. E incluso tenemos confirmación de que el erizo azul está en Robotrópolis. Si de verdad no te interesa, está bien, iré yo solo – dijo Sleet dándose la vuelta

- ¡Espera! Está bien, iré. Pero quiero ser yo el que le eche la zarpa encima a ese erizo. Pagará por lo de Sonia

- Excelente respuesta, compañero – dijo Sleet sacando de su bolsillo lo que parecía un mando a distancia –. Vamos, tenemos un problema que solucionar