El Tifón Azul surcaba los aires de Robotrópolis. Hasta el momento, no
habían tenido más problemas, y eso mosqueaba mucho a Tails
- Saben que estamos aquí – dijo – ¿Por qué no nos habrán atacado?
- Tal vez estén esperando a que aterricemos – dijo Amy
- Mirad, ahí abajo – dijo Chris – eso parece un poblado
Por las pantallas se veía lo que parecía un pequeño poblado
- Mirad bien, puede que esté habitado por robots – dijo Knuckles
- Desde aquí no se distingue bien – dijo Cream – veo algo de gente, pero no
sé si son seres vivos o máquinas
- Podríamos aterrizar para ver si han visto a Sonic – dijo Amy – Estoy muy
preocupada
por él
- Yo también – dijo Chris – y tal vez sea una trampa, pero no tenemos otra
salida.
Robotrópolis es muy grande, y podría estar en cualquier parte
- De acuerdo. Bajaremos a ver. Si es una trampa, creo que sabremos
defendernos – dijo Knuckles
- Bien. Haré descender el Tifón Azul hasta allí. Creo que estoy viendo un
sitio donde aterrizar – dijo Tails
El Tifón Azul descendió hasta la zona. Parecía una aldea perdida en medio
del bosque. Afortunadamente, cerca de allí había un claro lo bastante grande
como para hacer aterrizar sin problemas la nave. Tails y los demás bajaron
lentamente y se dirigieron a la aldea. Amy parecía muy nerviosa
- ¿Y si no está aquí? ¿Y si nos han tendido una trampa?
- Tenemos que correr el riesgo, Amy – dijo Chris – Yo me quedaré en la nave
por si ocurre algo ¿De acuerdo? Así podré ayudaros
- Chris tiene razón – dijo Tails – yo también me quedaré aquí. Si algo
ocurre utilizad
estos comunicadores – dijo entregándoles unos relojes de
pulsera a cada uno
Knuckles, Amy, Cream y Cheese descendieron de la nave con cierta
inseguridad y se dirigieron al poblado. Amy era la que estaba más intranquila.
Miraba a cada lado creyendo ver algún peligro.
La aldea parecía poco poblada. Apenas se veían tres o cuatro habitantes.
Todos tenían aspecto de monos, aunque no se sabe por qué, sus caras carecían de
expresión. Knuckles se acercó al más próximo a ellos y le preguntó:
- Perdone ¿ha visto a un erizo azul por aquí?
No hubo respuesta
- ¡He dicho que si ha visto a un erizo azul por aquí! – gritó Knuckles
De pronto, los ojos de ese mono se volvieron rojos y dijo con voz robótica:
- ¡Intrusos! ¡Intrusos! ¡Alarma!
Los demás nativos se pusieron junto a él con la misma expresión en la cara.
En total eran cerca una veintena, y parecían dispuestos a todo
- ¡Lo que me imaginaba! – dijo Knuckles – ¡Son robots!
- Así es, equidna – dijo de pronto una voz – habéis caído de lleno en
nuestra trampa
De pronto salieron Sleet y Dingo de una de las chozas, llevando una pistola
de rayos cada uno
- ¡Vosotros! – gritó Knuckles poniéndose en guardia
- ¿Los conoces, Knuckles? – preguntó Amy sacando su martillo
- Sí, son cazarrecompensas del falso Robotnik – respondió Knuckles
- Exacto – digo Sleet – esperábamos que os dejaseis caer por aquí. Ahora
entregaros sin resistencia
- Jamás – gritó Knuckles con firmeza – ¡Puñetazo terremoto!
Knuckles golpeó el suelo con tanta fuerza que provocó un gran temblor de
tierra. Los robots se tambalearon, y los demás se cayeron al suelo. Dingo se
golpeó en la cabeza contra un árbol, perdiendo el conocimiento.
- ¡Vamos, corred! – gritó Knuckles ayudando a levantarse a Amy y a Cream
- ¡Robots! ¡A por ellos! – ordenó Sleet – ¡Que no escapen!
Los robots echaron a correr detrás de ellos mientras Sleet atendía a su
compañero
- ¡Cuidado, Knuckles! – gritó Amy, girando la cabeza
Dos robots saltaron hacia él con los brazos extendidos. Knuckles se libró
de ellos dando un salto hacia atrás. Un tercero se lanzó hacia Cream, pero
salió despedido hacia atrás cuando Cheese le golpeó en la cabeza. Pero otros
tres robots se dirigieron hacia el grupo. Amy utilizó su martillo Piko-Piko
para hacerlos retroceder a base de golpes. Pero otro grupo de cinco se dirigía
hacia ellos
- Si por lo menos pudiésemos destruirlos... – dijo Knuckles
- ¡Sí, pero no hay manera de que se estén quietos! – dijo Amy
- Esto no me gusta. Mirad, vienen más – dijo Cream
En efecto, seis robots más aparecieron. Ahora eran once los enemigos.
- En ese caso, necesitamos métodos drásticos – dijo Knuckles - ¡Puñetazo
terremoto!
Golpeó el suelo con todas sus fuerzas, provocando un nuevo temblor de
tierra que esta vez hizo perder el equilibrio a los enemigos, aunque también
hizo tambalearse a Cream y a Amy
- ¡Ten cuidado, bestia! – dijo Amy
- Lo siento, Amy – dijo Knuckles – tenemos que volver a la nave
Knuckles se dirigió a su reloj-comunicador
- ¿Tails? – dijo – ¿Me oyes? ¡Era una trampa! ¡Necesitamos ayuda!
- ¡Recibido, Knuckles! – dijo la voz de Tails – os enviaré a Chris
enseguida
- Menos mal – dijo Cream – Mirad, creo que se están volviendo a levantar
- Chiuuu – dijo Cheese
Los once robots se levantaron con dificultad y acto seguido mostraron sus
armas, unos cañones láser.
- Esto se pone feo – dijo Knuckles
De pronto, una lluvia de disparos procedente de los robots se lanzó hacia
ellos. Afortunadamente Knuckles y Amy se tiraron al suelo y Cream y Cheese se
elevaron en el aire. Los robots iban a enviar una nueva ráfaga de disparos
cuando varios misiles impactaron contra ellos. Había aparecido Chris pilotando
el Tornado X.
- Siento la tardanza, chicos – dijo Chris
- Ya era hora – dijo Knuckles – espero que esos disparos los hayan
destruido
- Me parece que no, Knuckles – dijo Amy – Mira
Los once robots volvieron a levantarse. Los misiles apenas les habían
dañado, y de nuevo les apuntaron con sus cañones. Knuckles y Amy se apartaron a
tiempo, mientras cada uno se lanzó por su lado. Knuckles derribó a cuatro
robots usando sus puños. Mientras, Amy tumbó a otros cuatro a base de
martillazos. En cuanto a Cream y Cheese, noquearon a los tres restantes
mediante placajes.
- ¡Así no podemos seguir! – dijo Amy – Si se levantan de nuevo cada vez que
los derribamos, muy pronto estaremos agotados y no podremos con ellos
- Volved al Tifón Azul. Yo os cubriré – dijo Chris
Amy, Knuckles, Cream y Cheese se dirigieron corriendo al Tifón Azul. Al
mismo tiempo, los robots se estaban levantando de nuevo, dispuestos a
perseguirles. Volvieron a dispararles, pero por fortuna ninguno de sus disparos
dio en el blanco
- ¡Tomad esto! – dijo Chris
El Tornado X envió una ráfaga de disparos hacia el grupo de robots. Casi
todos ellos cayeron. Solo dos de ellos consiguieron apartarse, y dispararon
hacia Knuckles y los demás. Esta vez uno de los disparos hirió a Knuckles en la
pierna. Se desplomó aullando de dolor
- ¡Knuckles! – gritó Cream – ¿Estás bien?
- Sí, pero así no puedo correr
- Claro, pretenden impedir que huyamos para apresarnos – dijo Amy – Voy a
intentar tumbarlos otra vez
- ¡Amy, no lo hagas! – dijo Knuckles – tenemos que seguir hacia la nave
- ¡Pero tú no puedes correr en ese estado! – dijo Amy
- Espera, yo le ayudaré – dijo Cream – agárrate a mi mano
Amy siguió corriendo mientras Cream llevó a Knuckles volando. El grupo de
robots seguía persiguiéndoles. Chris volvió a lanzarles otra andanada, pero le
sorprendió ver que las estaban esquivando casi con toda facilidad. Únicamente
uno o dos disparos les acertaron, pero ninguno hizo que se cayesen.
- ¿Cómo es posible? – dijo Chris – Parece como si se hiciesen mas fuertes
cada vez que caen
El grupo apenas estaba a cien metros del Tifón Azul, pero los robots se les
estaban acercando rápidamente. Amy estaba cansada de tanto correr, y Cream casi
no podía volar cogiendo a Knuckles
- ¡Así no podemos seguir! – dijo Knuckles – No podremos llegar al Tifón
Azul antes de que nos alcancen
- No… no puedo seguir volando – dijo Cream con tono de cansancio – lo
siento mucho, Knuckles
Cream aterrizó suavemente en el suelo, depositando con cuidado a Knuckles
- ¡Nos alcanzan y no puedo luchar! ¡Estamos perdidos! – dijo Knuckles
agarrándose la pierna
Todo parecía perdido. El primero de los robots estaba a solo unos metros
apuntando con su arma cuando una ráfaga azul lo tumbó al suelo
- ¡Sonic! – gritó Amy ilusionada
Un erizo azul sonriente y una eriza amarilla estaban delante del grupo
- Hola ¿Me echabais de menos? – dijo Sonic
- ¡Ahí va eso, Sonic! – dijo Chris lanzándole un anillo desde el Tornado X
Sonic agarró el anillo y desprendió un brillo dorado. Utilizó su Spin Dash
para lanzarse contra el grupo de robots, tumbándolos a todos al suelo. Pero el
grupo no tardó en volver a levantarse
- ¡Rápido, mi medallón! – gritó Sonic
Amy sacó el medallón y se lo lanzó a Sonic. Éste se lo colgó del cuello.
Entonces lo tocó suavemente con los dedos y emitiendo un brilló hizo salir de
él una guitarra morada. Sonic se puso a tocarla y de los pistones salieron unos
rayos que al impactar con los robots, los destruyó. Bastaron unos segundos para
que todos los robots saltaran en pedazos.
- Espero que esto baste para destruirlos – dijo Sonic
Entonces se volvió al grupo y dijo:
- ¿Estáis todos bien?
Todos dijeron que sí, excepto Amy, que no dijo nada y miraba a Sonic muy
enfadada
- ¿Amy? – preguntó Sonic
- ¡Pero bueno! – gritó Amy furiosa – ¿se puede saber por qué te fuiste? ¡Y
nosotros enfrentándonos a mil peligros mientras tú andabas por ahí! ¡Y ahora
apareces así, como si nada! ¡¿Y quién es esa?! – gritó señalando a Merna
- P… pero Amy, yo… – dijo Sonic asustado
- ¡He estado muy preocupada por ti! – gritó Amy mientras le empezaban a
salir lágrimas de los ojos – ¡Todo lo que has pasado! ¡Y nunca me lo contaste!
¡Y ahora estás aquí, salvándonos una vez más! ¡Creo que nunca he sido tan
feliz!
Y Amy se puso a llorar abrazando a Sonic con tanta fuerza que parecía que
lo iba a estrangular
- Por cierto – dijo Knuckles – ¿De donde sales?
- Es una historia muy larga – respondió Sonic – y será mejor que os la cuente
a bordo del Tifón Azul. Vamos, te ayudaré a caminar
Mientras, no muy lejos de allí, Sleet los observaba, mientras su compañero
ya había recobrado el conocimiento
- ¡Por fin aparece! – gritó Dingo furioso apretando los puños – ¡Déjame que
acabe con él!
- ¡No! – dijo Sleet tratando de contener a su compañero
- ¡Déjame! – gritó Dingo con más fuerza intentando librarse de él
- ¡Te he dicho que te estés quieto! – dijo Sleet sacando de su bolsillo un
mando a distancia y pulsando un botón
Al momento, Dingo se transformó en una piedra
- ¿Por qué has hecho eso? – preguntó Dingo enfurecido
- ¡Porque son más que nosotros, estúpido! – dijo Sleet sin dejar de
observar a Sonic y a los demás –. El erizo azul está con ellos y por si fuera
poco dispone de su arma, así que no podemos hacer nada, de momento. Nosotros
solos no podemos. Necesitaremos refuerzos.
Continuara....
Proximo capitulo: Odisea del futuro